Autoridades de la Liga Marplatense y la Aprevide articulan sobre un protocolo para intentar retomar la actividad. En la ciudad hay casi 12 mil futbolistas federados que no juegan desde 2019.
La nota de la Aprevide el martes, ratificando la prohibición para la presencia de público en los partidos que organizan las ligas del interior había sido como un golpe de nocáut.
“No se puede arrancar el fútbol infanto juvenil en Mar del Plata sin público. Es inviable”, repiten una y otra vez desde los clubes locales.
Sin embargo, tras el impacto inicial, en la Liga Marplatense de Fútbol endurecieron la mandíbula, rearmaron la guardia y comenzaron a buscar la forma de, cumpliendo los protocolos sanitarios que requiere la pandemia, encontrarle una salida para que la pelota vuelva a rodar.
Cabe recordar que en Mar del Plata no hay fútbol oficial desde 2019. Y que entre primera división, juveniles, femenino y futsal son casi 12 mil personas las que están federadas bajo la órbita de la LMF.
Las autoridades del balompié local iniciaron el 6 de enero el trámite para conseguir que les habiliten la presencia de 100 personas por partido, con un protocolo adaptado.
Lo hicieron ante las autoridades municipales, que dieron el visto bueno. Claro que el ok definitivo tenía que llegar desde provincia. Y en ese sentido, la nota del martes desde Aprevide parecía bajarle el pulgar definitivamente a la posibilidad de la vuelta.
Mientras tanto, el 26 de enero, el Consejo Federal habilitó a las ligas del interior para que puedan iniciar sus campeonatos. Pero se sabe que, sin la presencia del público, jugar sería ir a pérdida, teniendo en cuenta que los grandes ingresos llegan en el fútbol juvenil por venta de entradas y servicio de buffet.
Ahora bien, en las últimas horas y luego de algunas gestiones encabezadas por el presidente de la LMF, Roberto Fernández, Aprevide envió una nota con un protocolo que podría dejar abierta una posibilidad para la vuelta. Se mantiene la prohibición para el público pero se habilita la presencia de 45 personas por equipo (entre futbolistas, cuerpo técnico, auxiliares) y otras 30 (socios y dirigentes).
En total serían unas 150 personas con los protagonistas incluídos. La cifra estaría lejos de dejar una buena recaudación a los clubes pero al menos podría permitir cubrir los gastos y poder volver. En este contexto de pandemia no es poca cosa.
El camino para que la pelota vuelva a rodar, de todos modos, no es tan sencillo. Primero tiene que haber acuerdo entre los clubes y luego optimizar el protocolo planteado desde la Aprevide.
La Copa Challenger, el tradicional torneo preparatorio que se organiza cada año previo al inicio de la Liga, podría servir como banco de pruebas. Todavía es pronto para poner fechas. Sobre todo porque desde la irrupción del coronavirus todo es día a día.
Sin embargo, tras al mazazo que significó el “no” de la Aprevide del martes, el fútbol infanto juvenil pudo mantenerse en pie y está dispuesto a dar pelea